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Tú enciende el sol. Tú tiñe el mar, y tú descorre el velo que oscurece el cielo, y tú ve a blanquear la espuma y la nube, la nieve y la lana, y tú conmigo a cantar la mañana. Tú a dibujar el trigo y la flor. Tú haces de viento, dales movimiento y tú les das color. Tú amasa los montes. Tú, al pozo a baldear y tú conmigo y el gallo a cantar...Que hay que empezar un día más. Tire pa'lante que empujan atrás. Y póngase el calcetín, paloma mía, y véngase a cocinar el nuevo día.
Todo esta listo, el agua, el sol y el barro, pero si falta usted no habrá milagro.


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martes, 24 de noviembre de 2009

Sobre el placer nihilista I

con un pedazo de esto

y un poco de lo otro

obtenemos un resultado que pocos esperarían

(que muchos no quieren)

conunpedazodetulengua yunpocodemivientre

obtenemos un resultado que pocos esperarían

total general: nada.


(Pero que maravilla, fulano)

3 comentarios:

Ailen dijo...

Claramente la inmortalidad seria un castigo. Yo busco la felicidad, aunque el simbolo me atraiga como todo lo negado a la moral humana.

mig dijo...

claramente una maravilla
nadie dijo que uno quiera a los angeles y a los demonios... para mi estan ahi
no los veo pero estan y si los mios (creo es una exepcion) son amantes y se comen a besos pero a mis espaldas!
yo los vi de casualidad

Acuarius dijo...

todos somos inmortales